Disputado por atletas con discapacidad visual que utilizan un balón con un dispositivo en su interior que hace ruido, combina destreza y emoción.
Cada equipo está formado por cuatro jugadores de campo y un guardameta, que pueden ser personas con visión total o parcial. A pesar de que todos los jugadores de campo tienen un alto grado de ceguera, algunos pueden tener una percepción mínima de la luz y, por lo tanto, los cuatro deben usar antifaces de manera que se garantice la igualdad. Con el objetivo de mantener a los jugadores a salvo, deben decir «voy» o una palabra similar cuando se muevan hacia un oponente, quieran marcarlo o buscar la pelota.
El fútbol Paralímpico de 5 jugadores, al igual que su homólogo de 11, es un deporte rápido y físicamente exigente. Los jugadores no solo necesitan tener velocidad, fuerza y resistencia, sino también una excelente conciencia espacial a pesar de su falta de visión, lo que les permite ser eficaces sobre el terreno de juego y jugar juntos como un equipo.
Se considera que los humanos obtienen alrededor del 80 por ciento de la información a través de su sentido de la vista, por lo que los jugadores de campo tienen un guía cuyo trabajo es ayudarles como si fueran sus ojos. El guía está detrás de la meta contraria y les comunica información, como la distancia a la portería y la ubicación de los otros jugadores.
El entrenador del equipo y el guardameta también están autorizados a dar señales durante un partido, tales como ‘Ocho metros, 45 grados, ¡dispara!’. Los jugadores utilizan estos datos para encontrar huecos en la defensa y aprovecharlos hábilmente para mover el balón hacia la portería.